Cuando los niños de los 80 teníamos a Los payasos de la tele como ídolos inevitables, vi por primera vez Trapecio (Carol Reed, 1956). Fue amor a primera vista. Una intensa película sobre trapecistas enfrentados, sobre rivalidades y amores, ocultos bajo la carpa del circo.
Para mi, en aquella época, un circo tenía la magia de un pequeño microcosmos de héroes apasionados. Y en esa historia tenía la prueba. Un trapecista veterano, Mike Ribble (Burt Lancaster) que hace pareja con un novato intrépido, Tino Orsini (Tony Curtis). Ambos, dispuestos a probar suerte con el salto más difícil posible: el triple salto mortal. Y la equilibrista Lola (Gina Lollobrígida) entre los dos.
miércoles, 13 de mayo de 2009
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