Elegir una escena de Una noche en la ópera es difícil. Hace mucho, cuando sólo había una cadena de televisión y la UHF que nadie veía, pusieron un ciclo de los Hermanos Marx. Era los sábados por la tarde, la película del sábado, después de Heidi (o Marco o El perro de Flandes).
La escena de los huevos duros es la favorita de mi hijo. La sabemos recitar de memoria. El final es demoledor, como acostumbraba a serlo el sin par Groucho.
viernes, 13 de febrero de 2009
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