El abuelo buscando a Chencho, en La gran familia (1962), es una imagen que se te queda clavada en la memoria. No hay nada más desolador que el gran Pepe Isbert solo en la Plaza Mayor, los villancicos de fondo musical y ese pobre abuelete llorando desconsoladamente, sintiéndose culpable hasta morir.
La escena me acompañó en mis temores de niña. Tenía un miedo horrible de que se me perdiera mi hermanita pequeña. Nunca le quitaba ojo de encima cuando estábamos en medio de mucha gente. Una vez, según me cuenta mi madre, la salvé.
lunes, 16 de febrero de 2009
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